Reía con tantas ganas que parecía
hacer temblar el mundo,
sus ojos destellaban una locura divina
y quemaban la cordura de la realidad,
solo recuerdo eso, ese instante
en el que todo parecía estar hecho
de una delgada eternidad.
(A mi padre)
Un buen recuerdo!
ResponderEliminarA los padres los queremos como si fueran hechos de eternidad.
Saludos!