jueves, 2 de mayo de 2013

Don Peronista.


“Los muchachos peronistas…” así empieza las mañanas mi padre cantando con todas las fuerzas de su voz, lo que él llama el verdadero himno argentino. Nuestros vecinos agotados hasta el hartazgo, ya ni siquiera protestan, recuerdo que cuando yo era un chico, ellos daban grandes golpes en la pared y le pedían a gritos a mi papá que los dejara dormir tranquilos, a lo que el viejo respondía –Madrugando vamos hacer un gran país, lo dijo el general-.
En una de las esquinas del departamento mi padre amuro un estante que posee dos bases, en la primera esta la foto de mi ya desaparecida madre y en la segunda un poco más arriba la foto de Perón y Evita, adornada con todo tipo de flores, cada 17 de Octubre posan sobre ellas dos banderas, una de la Argentina y otra con el signo del peronismo, la foto de mamá está sola con algunas rosas secas que dejan caer sus pétalos ya marrones, que se parecen creo yo a las lágrimas del olvido, mi padre casi nunca recuerda la fecha en que mi madre partió hacia el otro mundo, he incluso en su entierro me dijo al oído una frase con la cual creo que llegue a odiarlo –Sabes hijo cuando murió Evita yo estaba más triste que ahora-.
A mí me ha insistido toda la vida para que me afilie al partido justicialista –Así vas hacer mejor persona- me dice, yo le muestro una sonrisa un poco agria para ver si así se rinde ante  ese sueño inútil, de entregar mi vida a un hombre que había muerto antes de que yo naciera.
-Lo que pasa hijo es que vos no estuviste en la plaza, si hubieras visto toda esa gente hoy serias un peronista mas-.
Lo que el fanatismo le hace al hombre es horrible, le quita su propia vida, lo llena de pasiones arrancándole la razón, les da una sola mirada para el mundo, los despoja de los sentimientos, los hace hombres autómatas con los oídos abiertos a una sola ideología que quizás y esto es un cómico peligro nunca en su vida logre entenderla.

Mi padre perdió su vida el día que se hizo peronista y lo que me entristece es ver en lo profundo de sus ojos que por un día desearía volver el tiempo atrás.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Al Flaco Spinetta

  Te miro desde mi tiempo oigo tu voz fina y ardiente, una musa  se baña en tus rulos, y la otra coquetea con las cuerdas de tu guitarra rud...