domingo, 25 de febrero de 2018

Kushe papai (Abuelita)

La luz se cierra en torno al pino
amanece
ella abraza a cada árbol
le habla el mapudungun
quiebra mi pobre idioma
los deshace como el sol
a los últimos suspiros de la sombra.


La abuela era mi vecina
hoy apareció su voz en mis sueños
era joven cuando ella me saludaba
me hablaba y yo sonreía
con la fuerza de esas palabras.


Mari mari hizo un hueco en mi memoria
yo sonreía y decía –hola-
ahora entiendo su cara de extrañamiento
mi respuesta era una piedra
quebrando la belleza de su lengua madre.


Amanecía a mi ventana acudía
el rocío envuelto en la melodía de esas palabras
que hacían florecer el jardín de mis palabra añejas
esas que uno trae del jardín de sus pasados.


Kümelen me dijo la última vez que la vi
llorando ante un árbol seco.


Hoy llevo pequeños brotes de ese idioma
que me asaltan en los sueños
la palabra define a un pueblo
este decir mapuche me ha dejado oír su milagro
aceptó al huinca con palabras de hueso
le dio una caricia a esta poesía seca.


Cada pueblo late y vive acunado a su idioma.

Espinosa Federico

martes, 20 de febrero de 2018

EL GALGO

Corrió
sin lugar a dudas
corrió.

Siguió una liebre
y no la alcanzo.

El galgo corría
detrás venía la muerte.

Sobre la ruta
dejo sus patas
y su cabeza.

En el capot del auto
viaja su sangre.


Espinosa Federico


domingo, 11 de febrero de 2018

Ansiando


Escribo el poema ansiando la muerte
enroscado con la sombra
el hombre va naciendo nada.


El silencio va por otro lado cuando las palabras
quieren explotar los dolores de la conciencia.


Siempre hay una basura inoportuna que desorbita el ojo.


Guardo una sola lágrima y en ella condenso todo mi dolor
si alguna vez cae al mundo que alguien entienda su piedad.


Fui esa rama verde irrespetuosa
hoy apenas un palito seco a punto de quebrarse
una certeza, apenas una en la vida ¡que corto es el tiempo!


Y ya no hay disimulo lo gastado naufraga en el abismo.


Es un día viejo todos los días son tan viejos
he guardado poemas han sido mis pasajes sin destino.

Espinosa Federico


lunes, 5 de febrero de 2018

Los murmullos del parque

En el parque

Un cuerpo frente a otro
el punto de encuentro
es la mirada
donde empiezan
a desnudarse las pieles.

En los ojos del pájaro
hay un asombro de cuerpo sin alas.

El hombre en cambio sólo ve un ave
enjaulada por la monotonía
de sus ojos sin asombro.




Dos luces creando oscuridad


En la mano la rama dibuja un sol
el sol dibuja una sombra parecida a una rama
la mano siente la sequedad del leño
y anida en ella de forma silenciosa el calor solar.

Si este sol enorme cayera sobre el parque
desarmaría con su fuego todas las figuras,
de todo haría la más insignificante nada.

El abuelo crea formas con la varilla
es ese dios oculto deformado por el tiempo.

Los rayos como dedos fundidos
vierten luz sobre los cuerpos
que se estiran a lo largo
como una utopía oscura.

El sol y el viejo pelean por el parque
hacen y deshacen figuras
destejen las ausencias de una luz oscura



Los Recuerdos

Se desvanece el perro a la distancia
quizás irse es eso
o tal vez desvanecerse
es el único sentido que nos espera.

Las presencias son absorbidas
por la luz y el tiempo
los arboles tiesos del parque
son apenas un bostezo deforme.

A veces la memoria se hace
con voces y cantos guardados en el caracol de los años.

De que servirán los cuerpos si a cada paso se desarman
y en vez de ropa y músculos nos va cubriendo el olvido.

En el parque no solo se desteje el mundo
también nosotros
y el minúsculo universo de los recuerdos.


Espinosa Federico


Al Flaco Spinetta

  Te miro desde mi tiempo oigo tu voz fina y ardiente, una musa  se baña en tus rulos, y la otra coquetea con las cuerdas de tu guitarra rud...