jueves, 30 de julio de 2009

HORIZONTE INACABADO

Cuatro caballos, cuatro relinchos y ningún quejido.
Mi sangre es la sangre de América en este suele nace
y en este suelo muere.

Eramos felices, sin saber que por el mar infinito
venían los hijos del sol, con el corazón lleno de furia
y la muerte en sus manos, raros hechizeros de extraños
espejos de agua estancada, tramaban en su mente el fin
de mis hermanos, mataron a los niños, violaron a la mujeres,
pisotearon a nuestros dioses, silenciaron nuestra lengua
con su idioma de sueños, nos hablaron de su dios del amor
y la paz que pregonaba pero sin temblares la mano como a su hijo
nos crucificaban, se llevaron todo nos dejaron la esclavitud,
antes moríamos de viejos cumpliendo un ciclo natural, ahora
enfermos y azotados nuestra tumba es una mina.

Miro el cielo y el amado cóndor me regala su ultimo vuelo,
el alma es libre y una fuente de eterna esperanza,
que sera de toda esta sangre derramada, en mi ultimo horizonte
imagino libertad y un mundo sin razas donde todo sea hermandad.

Cuatro caballos, cuatro relinchos y una muerte que se extiende
por América bajo cantos de esperanza.


POEMA DEDICADO AL POETA Y AMIGO RODRIGO LUYO

domingo, 26 de julio de 2009

HOMBRES SILENCIOSOS

La imagen se duplica en el espejo,
yo mismo me duplico en el.
Quien es quien en este juego,
juego con clones de cristal,
habrá pensamientos en el,
como los hay en mi,
me gustaría saberlo,
hombre silencioso.
Habrá pensamientos en el.
Habrá pensamientos en el
hombre silencioso,
me gustaría saberlo,
como los hay en mi,
habrá pensamientos en el,
juego con clones de cristal.
Quien es quien en este juego,
yo mismo me duplico en el.
La imagen se duplica en el espejo.

lunes, 20 de julio de 2009

UN POEMA DE GONZALO ROJAS

CITARA MÍA

Citara mía, hermosa
muchacha tantas veces gozada en mis festines
carnales y frutales, cantemos hoy para los ángeles,
toquemos para Dios este arrebato velocisimo,
desnudemonos ya, metamonos adentro
del beso mas furioso,
porque el cielo nos mira y se complace
en nuestra libertad de animales desnudos.

Dame otra vez tu cuerpo, sus racimos oscuros para que de ellos mane
la luz, deja que muerda tus estrellas, tus nubes olorosas,
único cielo que conozco, permiteme
recorrerte y tocarte como un nuevo David todas las cuerdas,
para que el mismo Dios vaya con mi semilla
como un latido múltiple por tus venas preciosas
y te estalle en los pechos de mármol y destruya
tu armónica cintura, mi citara, y te baje a la belleza
de la vida mortal.


Del poemario Contra la Muerte

UN POEMA DE ALVARO MUTIS

NOCTURNO

Esta noche ha vuelto la lluvia sobre los cafetales.
Sobre las hojas de plátano,
sobre las altas ramas de los cambulos,
ha vuelto a llover esta noche un agua persistente y vastisima
que crece la acequias y comienza a henchir los ríos
que gimen con su nocturna carga de lodos vegetales.
La lluvia sobre el cinc de los tejados
canta su presencia y me aleja del sueño
hasta dejarme en un crecer de las aguas sin sosiego,
en la noche fresquisima que chorrea
por entre la bóveda de los cafetos
y escurre por el enfermo tronco de los balsos gigantes.
Ahora, de repente, en mitad de la noche
ha regresado la lluvia sobre los cafetales
y entre el vocerío vegetal de las aguas
me llega la intacta materia de otros días
salvada del ajeno trabajo de los años.


Del poemario Reseña de los Hospitales de Ultramar

UN POEMA DE PATRCIA DIAZ BIALET

LAS COPIAS


ESCRIBEN POEMAS IGUALES A LOS MIOS
COMO SI YO FUERA UNA GRAN POETA.

Pero no se dan cuenta de la realidad.

Lo que sale de mi posee la orfandad del misterio.

Es como la magia repentina de las esculturas.

Yo no escribo.
Simplemente reviso mis pensamientos
y desato nudos inexistentes en la niebla
del amanecer.

Escriben poemas iguales a los mios
como si fuera una gran poeta.

Pero yo quiero explicarles
mi verdadera vocación de vagabunda.


Del poemario Los Sonidos Secretos de la lluvia

martes, 14 de julio de 2009

MIRADA LEJANA

A que distancia
esta todo de mis manos.
A cuantos miles de kilómetros
están los sueños.

Sobre que cuerpos, manos, pechos,
recaerán las caricias de esta piel.
En que vaginas de olvido y silencio
caerá mi semen con su eco de vida.

Sí que habrá más allá de mis ojos,
tal vez me esperen las lágrimas perdidas.
Quién pondrá su alma a mi desconsuelo,
como acabara el destierro de mi bala asesina.

Y allá a lo lejos solo veo un futuro incierto,
un mundo con imagenes de humo.
Y todo va cayendo, el futuro cae en el pasado,
yo en la muerte, una tapa en mis ojos,
y la tierra en el cajón...

LA ROSA ROJA

La rosa roja,
cautiva de la arena y el sol,
prisionera del silencio y el olvido.
¿Quién pensó que aquí morirías?
que tu raíz se secaría,
iluso asesino no eres dios,
un ángel no muere de sed, ni asesinado,
nunca muere porque tiene el cielo,
porque tiene en el alma tanto amor que perdona.

Rosa roja,
lágrima de sangre de un desaparecido,
manos ensangrentadas de un dictador,
lluvia en el desierto, en las tumbas olvidadas.

Rosa roja deshojaron tus pétalos de sueños,
cortaron tu tallo de vida efímera,
torturaron tus raíces de carne y sangre,
te cubrieron con la tierra del desaparecido.
Pero quedo en el viento tu semilla de la verdad
que germino y floreció en la memoria,
jardín eterno del que nunca podrán cortarte.


(DEDICADO A LOS DESAPARECIDOS DEL DESIERTO)


MISTERIO

Era tan hermosamente bella.
En sus pestañas nacía el mundo,
y en todas sus curvas latía
el alma del universo.
Era ese humo místico de la eternidad.
De su cuerpo de desprendía el amor,
que caía sobre mi soledad de hombre.
Tan simple fue su presencia en mi vida,
simple como una estrella fugaz,
fugaz sonrisa de labios dormidos.

lunes, 6 de julio de 2009

SENSACIÓN

Vacío.
Muy lentamente
se agota
la mirada
de la tarde.

Triste.
El funeral
del silencio
no acepta
llantos.

Nostalgia.
Los pasos olvidados
marchan
en busca de su destino.

Sensación.
La gloria solo vive
un latido de corazón.

sábado, 4 de julio de 2009

EL SESO SESEANTE

A veces este seso
seseante,
me lleva de su mano
invisible,
a viajes remotos
donde los pies
no llegan.

Y carbura esta manía
que el seso gris
maquina,
engranando los sentidos
tras la mirada
ciega,
de la razón adormecida.

El seso seseante
tensa su arco
para que su flecha
viaje,
a través de la noche
como un ángel perdido.

Al Flaco Spinetta

  Te miro desde mi tiempo oigo tu voz fina y ardiente, una musa  se baña en tus rulos, y la otra coquetea con las cuerdas de tu guitarra rud...