(Poema leído anoche en el Teatro del Viento. Neuquén Capital)
Que la noche es corta
ya no es una sensación,
es una verdad absoluta.
Es que tu cuerpo desnudo
tiene la armonía de lo infinito.
Necesito una noche eterna
para recorrerte
con el único paso
de mi lengua y su deseo.
Irme por ahí
por ese camino
donde escondes
la voz de tu gemido.
Desnudarte
el cuerpo, la piel y el alma
con estas manos
de sátiro loco.
Robar el agua dulce
de tu ánfora roja
hasta saciar esta sed.
Morder los pétalos
de tu deseo
hasta secarte la raíz de la pasión.
Penetrar la locura
que envuelve el delirio de tu sexo.
Llegar tan profundo dentro tuyo
y hacer que sientas el sol
de esta semilla que llevo dentro.
Y llenos de humedad
descansemos
cuerpo sobre cuerpo
saboreando la eternidad.