Los ocasos caen uno a uno
por el hueco hecho con el clavo
del dolor
en las chapas oxidadas de mi alma.
Lluvia de días donde las gotas
de la vida se estancan
como vidrios opacos en las ventanas
del ayer;
y el atroz paso del tiempo
se convierte en obra de arte
en el manicomio blanco de mi locura.
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Alucinante poema, pero esos últimos versos desbordan de lo mejor de la esencia de la poesía.
ResponderEliminarCariños!
Sol gracias por tus comentarios.
ResponderEliminarSaludos.