Aquel niño
que quería esconder el sol
dentro de su cuaderno blanco,
ese niño
pensaba que las mariposas
eran labios voladores
susurrando cuentos al viento,
el niño
subía a los viejos álamos
y soñaba que viajaba en un barco
las hojas imitaban las voz del mar
y él sonreía era feliz,
el niño ese
que frente al mundo era mudo
y se dormía mirando las nubes
imaginando que otra mirada
las esperaba en otro cielo,
ese niño
que creció junto a cada letra
a cada linea
a cada libro
a cada autor,
es hoy este hombre que soy,
este minúsculo ser
que sigue soñando
que sigue aferrado a la voz de la poesía,
el hombre que un día morirá
y quizás sea una noble mariposa
susurrándole cuentos al viento.
Federico Espinosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario