Y vamos viajando
amontonados,
somos corderitos parlantes
apretados unos contra otros,
el colectivo
se queja,
suena como si fuera a quebrarse,
desde la vereda
hacia adentro
solo ojos tristes,
desde adentro
hacia afuera
se va cayendo la dignidad.
Indalo amarillo
latita de sardina
repleta de pasajeros,
hombres monederos
obligados
al silencio de la meseta neuquina.
Federico Espinosa
amontonados,
somos corderitos parlantes
apretados unos contra otros,
el colectivo
se queja,
suena como si fuera a quebrarse,
desde la vereda
hacia adentro
solo ojos tristes,
desde adentro
hacia afuera
se va cayendo la dignidad.
Indalo amarillo
latita de sardina
repleta de pasajeros,
hombres monederos
obligados
al silencio de la meseta neuquina.
Federico Espinosa
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