A veces tan solo
como
el alma de Lot,
habita
en mi interior
una imagen
de sal.
La piel
y el silencio
origen
de un nuevo ser
que derrama
sus pasos
por el borde
del horizonte
siempre inalcanzable.
Una melodía
de vida
se mezcla
con un canto
de muerte,
y el corazón
que late
se embriaga
al son
del tiempo y su canto de sirena.
La esperanza
pasa como un trapo sucio
por mi alma,
deshilachandose en pequeñas
hebras de nada.
Y en el desierto de mi interior
ella y yo somos
una misma imagen de sal en el olvido.
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Hay días, acontecimientos, momentos en que nos volvemos de sal, endurecidos esperamos un poco de agua que nos quite el salitre, y a veces sucede el milagro y otra quedamos convertidos en pequeños granitos de sal parrillera.
ResponderEliminarBesos
Ps, ah este espacio me lo recomendó Santiago, por cierto está muy bueno!
Muchas gracias por tu visita pato y tu comentario, es un honor para mi que Santiago recomiende mu humilde refugio de poesia.
ResponderEliminarSaludos
Hola Federico, bellas tus letras. Vengo desde el blog de muchita a conocerte, leer y dejar saludos y un beso, cuidate, fue un placer.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita, estare visitando tu blog.
ResponderEliminarSaludos