Pieles silenciosas
como las huellas
en la arena del mar
buscan
llenarse del pequeño
grito
que trae la noche
envuelta
en el collar de sus estrellas.
Socava la mudes
de la ausencia
con el grito
terrible
de las olas
desbocadas.
Pieles
que nada dicen
deseos escondidos
que llenan
los sentidos
y hacen
vibrar
la frágil cuerda
de nuestros cuerpos
entregados al placer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
He aquí la caída de mi ser dentro de mi propia sombra, me arrastro por la espiral luminosa de la luna, se desangra toda mi esencia, pedazo...
-
He leído libros de historia, biografías hechas con pedazos de tiempo donde puede caer o realzarce el honor del mito o figura al cual estaba ... -
Todo tirado por el suelo, la catástrofe del desorden refleja la decadencia del pobre poeta, que duerme en el piso mientras en la oscuridad ...
hacen vibrar la fragil cuerda de nuestros cuerpos entregados al placer...
ResponderEliminarque bien hilas las palabras
pensar que esa fragil cuerda, aveces es solo un hilo imperceptible...
Eso es cierto Boris todo lo que se alimenta del placer se hamaca en hilos imperceptibles.
ResponderEliminarSaludos
Qué belleza de poema roto de nostalgias y deseos escondidos apenas insinuados.
ResponderEliminarMe gustó mucho, me he hecho tu seguidora.
Te deseo una buena semana.
Besos Federico,
Me alegro que te haya gustado este poema rosscanaria.
ResponderEliminarSaludos