Sentado
meditabundo,
triste,
en una noche
triste.
Donde
todo cae
como
metal fundido,
en moldes
de amarguras.
Demasiado
peso,
para mi alma
de simple
humano,
para mi espalda,
de esclavo
castigado.
¡Dime Dios!
adonde llegare
con esta
agonía,
de ser hombre,
de ser un río
de sangre
batido con semen.
Llegar
para poder
irme,
en ésta
noche
triste.
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Es como si las palabras se fueran escurriendo mientras pasan por un embudo. Me generó lo mismo que "El instante" (por cierto, lo que voy leyendo de Los hombres de Arena me encanta) pero a la inversa. En aquel querés retener, en este escapar, pero en la misma línea.
ResponderEliminarMuy bueno, me encanta ese efecto pausado que generan las palabras distribuídas así.
Cariños!
Gracias Sol si es cierto lo que dices, uno es el amargo sentir del paso del tiempo y el querer retener ese instante y este poema es la necesidad de fuga hacia adelante.
ResponderEliminarSaludos sol espero algun dia poder leer una obra tuya que seguro llegara en cualquier momento.