lunes, 23 de noviembre de 2009

EL punto y la razón

Un punto. Una razón.
El simple acto de la noche.
La caída del todo dentro
de la informidad de la nada.
La luz y la sombra enlazadas
mediante el acto copulativo
de dos cuerpos.
La mirada sin sueños. La desesperanza.
El lento transcurrir de la soledad sobre la piel.
La austera y fugaz presencia de la mariposa en el mundo.
Los latidos confundiéndose en el ánfora del tiempo.
Las arañas creando redes en las esquinas del olvido.
Las habitaciones del pasado cobijando fantasmas.
El futuro naciendo y asomándose por el horizonte.
Las manos de la ausencia recreándose en las futuras presencias.
El discurrir del agua. La forma sin forma de su cuerpo.
El vuelo del pájaro en la noche.
La mujer y el cielo. El pecado y el placer.
Las bocas y el viento. Los besos que ya no están.
El sin fin de las partidas.
Los puertos lejanos.
Todo lo que pudo ser y no fue.
Todo lo que fue y ya no es.
La razón y el punto.
El punto y la razón
innatas lombrices en el cuerpo de la humanidad.


Comprobar ortografía



6 comentarios:

  1. Me encanta la desorganización y la incoherencia de esta poesía. Es tan extraño que mezcles este divagaje con el punto y, peor aún, con la razón. Lo más extraño (y lo mejor) es lo excelente que te quedó.
    Cariños!

    ResponderEliminar
  2. Gracias sol te cuento que este poema nacio de la incoherencia de mi mirada, que a veces divaga por mares donde todo naufraga.
    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Sol tiene toda la razón! no se como manejaste las letras pero te ha quedado incoherentemente maravilloso!!
    un beso

    ResponderEliminar
  4. Hola Sylvia me alegro que te haya gustado este poema, gracias por tu comentario
    Saludos

    ResponderEliminar
  5. Hola Hombre de arena como me ha desconcertado este poema, me llevo desde un punto a otro, movio los hilos de mi imaginación de una manera increible.
    Sigue asi poeta.
    Saludos Leonardo

    ResponderEliminar
  6. Gracias por tu comentario Leonardo.
    Un gran Saludo

    ResponderEliminar

Al Flaco Spinetta

  Te miro desde mi tiempo oigo tu voz fina y ardiente, una musa  se baña en tus rulos, y la otra coquetea con las cuerdas de tu guitarra rud...