Pisábamos las flores
las cortábamos
las matábamos
y el crimen no nos dolía
su muerte era pequeña
y diminuta la ausencia.
las cortábamos
las matábamos
y el crimen no nos dolía
su muerte era pequeña
y diminuta la ausencia.
Íbamos por el camino
dejando rosas muertas
nos sentíamos reyes
en ese genocidio
de pétalos rojos en la tierra.
dejando rosas muertas
nos sentíamos reyes
en ese genocidio
de pétalos rojos en la tierra.
Victimas sin idiomas
caían Claveles, Margaritas,
Pensamientos, y pobres Calas
destinadas a la muerte.
caían Claveles, Margaritas,
Pensamientos, y pobres Calas
destinadas a la muerte.
Éramos dioses asesinos
ingenuos niños
entendiendo el mundo.
ingenuos niños
entendiendo el mundo.
Federico Espinosa.
Muy bueno, Fede. Abrazo
ResponderEliminarGracias Horacio por tu lectura.
EliminarSaludos.