La noche y su paisaje vacío
el desplome de las sombras
dentro de la ausencia,
tu ir tu ir lejano y preciso
ese adiós certero
que galopa hacia el más allá
ese más allá que se desarma
en la maldita distancia
que une la palabra al recuerdo.
Quiero sacarme este ángel de los ojos
dormirlo en su cuna para que su peso
no rompa estas pestañas sujetas a la nada
todo pesa hasta la luna llena en mi mirada
el ojo se asfixia de tanto ver dolor
de tanto mirar cielos silenciosos
que fueron dejando hombres, mujeres,
niños, perros, gatos, aves, seres,
seres envueltos en una mudes eterna.
Me sacaría la palabra paraíso de los labios
para que no haya lugar donde pensarte.
Federico Espinosa.
Esa última frase vale toda la literatura. Abrazos
ResponderEliminarGracias por tu lectura compañero. Abrazos.
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