No he visto la luz
ni quiero verla,
déjenme
con esta santa oscuridad
entre mis manos
con este oscuro reflejo
rozándome la mirada.
A vece tanta luz
enceguece
por eso prefiero
los ojos rotos
y sangrantes de Edipo.
Prefiero la espesa noche
donde el sacrificio
del cuerpo
es el sexo o la muerte,
no quiero luces
desarmando sombras
dejen tranquilo
al muerto que llevo encima.
Ven a mi santa noche
lléname de silencio
y escóndeme en algún
cementerio olvidado.
Federico Espinosa.
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