Reía con tantas ganas que parecía
hacer temblar el mundo,
sus ojos destellaban una locura divina
y quemaban la cordura de la realidad,
solo recuerdo eso, ese instante
en el que todo parecía estar hecho
de una delgada eternidad.
miércoles, 30 de junio de 2010
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Al Flaco Spinetta
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