cautiva de la arena y el sol,
prisionera del silencio y el olvido.
¿Quién pensó que aquí morirías?
que tu raíz se secaría,
iluso asesino no eres dios,
un ángel no muere de sed, ni asesinado,
nunca muere porque tiene el cielo,
porque tiene en el alma tanto amor que perdona.
Rosa roja,
lágrima de sangre de un desaparecido,
manos ensangrentadas de un dictador,
lluvia en el desierto, en las tumbas olvidadas.
Rosa roja deshojaron tus pétalos de sueños,
cortaron tu tallo de vida efímera,
torturaron tus raíces de carne y sangre,
te cubrieron con la tierra del desaparecido.
Pero quedo en el viento tu semilla de la verdad
que germino y floreció en la memoria,
jardín eterno del que nunca podrán cortarte.
(DEDICADO A LOS DESAPARECIDOS DEL DESIERTO)
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