martes, 29 de septiembre de 2015

Hachís de primavera


Es primavera todo viene naciendo
germina el mundo en cámara lenta,
hay más flores dentro de los celulares
que en las propias miradas,
pero igual la primavera avanza
vuelven a cantar los pájaros
aunque su música
no suene en los auriculares,
la primavera y sus colores
avanzan por la plaza
y también por los muros
invisibles de facebook
ella crece en instagram
y se hace palabra en twitter,
la primavera no es virtual
pero se expande poderosa
germina llena de luz
y se multiplica por las tablets
por los monstruosos Smartphone
ella invade las PC última generación
la primavera nace se reinventa
se mete en los libros y revistas
se multiplica por diarios
estalla dentro de los gigantes Smartv
la primavera se muestra
en los avisos enormes de la ciudad,
la primavera golpea las ventanas
de las oficinas grises
ella perfuma los hospitales
y su olor a muerte,
la primavera desfila desnuda
nos muestra su cuerpo
su calor su alma llena de alegría,
ella está en todos lados crece frenética
en estos versos, se mete como una flor
dentro de los besos, ella nos atrae
quema nuestras pieles hace nacer
la atracción el sexo y el amor
la primavera y su locura divina
de matar el encierro,
la primavera y esa sensación de renacer
ella es la calidez de sentir en la piel
el canto exquisito del alma,
la primavera nos quiere alegres
poblando el mundo de sonrisas,
la primavera nos exige la vida
nos exige ser humanos
y respirar con alegría.

Federico Espinosa.


domingo, 27 de septiembre de 2015

La hora exacta de nuestra muerte


Perdimos la juventud
esa tarde
cuando el muerto
flotaba en el río,
aprendimos
a respetar la vida
mirando como la muerte
danzaba en los ojos abiertos
del ahogado.

Se nos fue la juventud
como un cadáver por el río.

Entonces crecimos
viendo como todo corre
fluye llenándonos de pasado
ocultándonos el asombro
de vivir sin el peso de la vida.

Perdiendo la juventud
entendimos
que la muerte es la danza
de las horas pasadas.

Pero qué difícil es
aprender el paso
de este baile
entender
que en su melodía
nace el réquiem
de nuestra futura muerte.

La hora exacta de nuestro reposo
nació cuando murió la juventud.

Federico Espinosa.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Cuando hablaba Guillermina

Cuando mi abuela decía
que aguerio cae del cielo
yo me transformaba en lluvia
me partía en gotas infinitas
y por un momento comprendía
el idioma milenario del agua.


A veces ella hundía su mirada
en el cuerpo de la noche
y dejaba escapar unas palabras:
-Qué lindo es ver latir
los colorcitos del cielo-


Entonces yo ponía mis manos
sobre mi pecho
mi cuerpo era cielo, noche
y mi corazón una estrella
pintado de un extraño color
un gris titilante quemando mi noche.


Cuando hablaba Guillermina
el lenguaje se quebraba
sus palabras flotaban en el aire
como burbujas misteriosas,
cuando su boca pronunciaba
aromaba el mundo
y estremecía mi conciencia
con esa forma de hacer nacer la palabra.

Federico Espinosa.



sábado, 19 de septiembre de 2015

Honor


 Que tu vida encuentre
la más hermosa muerte,
que la caída sea placer
que el adiós se vista
de una terrible sonrisa.

Que te lleves el silencio
y dejes las palabras
que muerte no sea callar
sino ladrarle a la vida.

Recuerdo a las madres espartanas.

-Con el escudo o sobre el-
decían ellas.


En cambio mi madre decía.

-Con la palabra o sobre la palabra
pero nunca, nunca sin ella-.


Hoy envuelto en la noche me aferro a la palabra

y busco darle a mi muerte la belleza del ocaso.


Federico Espinosa.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Mirando el destino de las gotas.


La lluvia es perfecta
sus gotas besan la exactitud
de mi soledad aborrecida.


Atrás del ser la noche eterna.
La vida tiene la suavidad de la luciérnaga.


¿Quién trazo el sendero de esas pequeñas aguas
que se arrastran por el vidrio?
el camino trazado se hizo destino
presagio exacto escrito en la nada.


El caracol nocturno es una voluntad silenciosa
arrastrándose por el mundo.


Nos arrojamos a la lluvia a su inclemencia
pero nuestro destino nace y muere en el vacío.


El aguacero se va ya no nacen dioses de mis miedos.


Federico Espinosa.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Desnudando la luz con mi oscuridad.



No he visto la luz
ni quiero verla,
déjenme
con esta santa oscuridad
entre mis manos
con este oscuro reflejo
rozándome la mirada.

A vece tanta luz
enceguece
por eso prefiero
los ojos rotos
y sangrantes de Edipo.

Prefiero la espesa noche
donde el sacrificio
del cuerpo
es el sexo o la muerte,
no quiero luces
desarmando sombras
dejen tranquilo
al muerto que llevo encima.

Ven a mi santa noche
lléname de silencio
y escóndeme en algún
cementerio olvidado.


Federico Espinosa.

Al Flaco Spinetta

  Te miro desde mi tiempo oigo tu voz fina y ardiente, una musa  se baña en tus rulos, y la otra coquetea con las cuerdas de tu guitarra rud...